Vivimos en un boom de esa famosa tendencia que ha surgido con hacernos autofotos o como hemos preferido llamarlo, selfies. Actualmente podemos distinguir entre dos tipos de personas:
Por un lado, aquellos que están a favor de esta nueva moda (proselfies) y por otro lado, los que están en contra (antiselfies).
El famoso fenómeno selfie se ha ido popularizando cada vez más y más sobre todo en las redes sociales. Prácticamente todos los famosos se han hecho alguno y acto seguido lo han colgado en alguna red social, desde el Papa a Obama, actores, cantantes… todos tienen alguno.
Uno de los tweets más retwetteado fue un selfie, en concreto, el de la gala de los Oscars. Otro tweet que sin embargo resultó ser muy polémico fue otro selfie en el funeral de Mandela, protagonizado por tres presidentes.
Pero como toda moda, ésta también tiene su grupo de personas en contra, aquellos que lo tachan de un modo de expresar las inseguridades físicas. Una lucha entre los que jamás se han hecho un selfie y aseguran que no se harán nunca uno, contra los que llenan todas sus redes sociales de ellos.
La fuerte tendencia de los selfies ha ido evolucionando poco a poco hasta tal punto que cada vez vemos cosas más raras, con personas tratando de ser originales y crear su selfie único, con gente por detrás, en funerales, después del sexo, personas envueltas en celo, y así, una larga lista.
Podemos diferenciar una multitud de tipos de selfies, muchos de ellos representados y posteados por los famosos en sus timelines de las redes sociales, y como no podía ser menos la mayoría de ellos interpretados por Miley Cyrus. Desde selfies expresando sorpresa, mostrando un producto en concreto, con cara de tristeza, autofotos frikis… hasta otros mostrando tan solo los pies o las manos.